LA RUPTURA CON EL PASADO
Sólo los fantasmas se revuelcan en el pasado, explicándose a si mismos con descripciones basadas en sus vidas ya pasadas. Tú eres lo que eliges ser hoy en día, no lo que antes elegiste ser.
¿Quién eres? ¿Cómo te describes a ti mismo?
Las autodefiniciones no son inadecuadas por naturaleza, pero pueden ser usadas de forma perjudicial. El hecho mismo de etiquetar puede ser un impedimento para el desarrollo de la personalidad. Es fácil usar la etiqueta como excusa para seguir igual. Sren Kirkegaard escribió: "Si me clasificas (o me etiquetas), me niegas". Cuando el individuo tiene que estar a la altura de la etiqueta que lo clasifica, el ser deja de existir.
Trata de averiguar hasta qué punto estás encadenado a tu pasado. Todos los "Yo soy" autodestructivos provienen de estas cuatro frases neuróticas:
(1) "Así soy yo."
(2) "Yo siempre he sido así."
(3) "No puedo evitarlo."
(4) "Es mi carácter."
Ahí están todas en un paquetito. Las trabas que te impiden crecer, cambiar y hacer tu vida (desde este momento en adelante, que es la única vida que tienes) nueva, estimulante y llena de momentos presentes plenos y felices.
Puedes empezar a deshacer los nudos que te atan al pasado y eliminar las inútiles frases que se dicen para seguir siendo lo que siempre has sido.
La gente quiere ponerte etiquetas, quiere encasillarte en cierto tipo de categorías que le resultan cómodas. Así es más fácil. D. H. Lawrence nos demuestra lo insensato que resulta este proceso de clasificación en su poema 2 ¿Qué es él?
-¿Qué es él?
-Un hombre, por supuesto.
-Sí, pero ¿qué hace?
-Vive y es un hombre.
-¡Oh, por supuesto! Pero debe trabajar. Tiene que tener una ocupación de alguna especie.
-¿ Por qué?
-Porque obviamente no pertenece a las clases acomodadas.
-No lo sé. Pero tiene mucho tiempo. Y hace unas sillas muy bonitas.
-¡Ahí está entonces! Es ebanista.
- No, no!
-En todo caso, carpintero y ensamblador.
-No, en absoluto.
-Pero si tú lo dijiste.
-¿ Qué dije yo ?
-Que hacía sillas y que era carpintero y ebanista.
-Yo dije que hacía sillas pero no dije que fuera carpintero.
-Muy bien, entonces es un aficionado.
-¡Quizá! ¿Dirías tú que un tordo es un flautista profesional o un aficionado?
-Yo diría que es un pájaro simplemente.
-Y yo digo que es sólo un hombre.
-¡Está bien! Siempre te ha gustado hacer juegos de palabras.
Todos tus "Yo soy" forman parte del pasado.Tú puedes aprender a hacer casi cualquier cosa si así lo decides.
Cualquier "Yo soy" que te impide el crecimiento es un demonio que hay que exorcisar. Y si forzosamente debes tener un "Yo soy", prueba éste a ver cómo te va.
¿Quién eres? ¿Cómo te describes a ti mismo?
Las autodefiniciones no son inadecuadas por naturaleza, pero pueden ser usadas de forma perjudicial. El hecho mismo de etiquetar puede ser un impedimento para el desarrollo de la personalidad. Es fácil usar la etiqueta como excusa para seguir igual. Sren Kirkegaard escribió: "Si me clasificas (o me etiquetas), me niegas". Cuando el individuo tiene que estar a la altura de la etiqueta que lo clasifica, el ser deja de existir.
Trata de averiguar hasta qué punto estás encadenado a tu pasado. Todos los "Yo soy" autodestructivos provienen de estas cuatro frases neuróticas:
(1) "Así soy yo."
(2) "Yo siempre he sido así."
(3) "No puedo evitarlo."
(4) "Es mi carácter."
Ahí están todas en un paquetito. Las trabas que te impiden crecer, cambiar y hacer tu vida (desde este momento en adelante, que es la única vida que tienes) nueva, estimulante y llena de momentos presentes plenos y felices.
Puedes empezar a deshacer los nudos que te atan al pasado y eliminar las inútiles frases que se dicen para seguir siendo lo que siempre has sido.
La gente quiere ponerte etiquetas, quiere encasillarte en cierto tipo de categorías que le resultan cómodas. Así es más fácil. D. H. Lawrence nos demuestra lo insensato que resulta este proceso de clasificación en su poema 2 ¿Qué es él?
-¿Qué es él?
-Un hombre, por supuesto.
-Sí, pero ¿qué hace?
-Vive y es un hombre.
-¡Oh, por supuesto! Pero debe trabajar. Tiene que tener una ocupación de alguna especie.
-¿ Por qué?
-Porque obviamente no pertenece a las clases acomodadas.
-No lo sé. Pero tiene mucho tiempo. Y hace unas sillas muy bonitas.
-¡Ahí está entonces! Es ebanista.
- No, no!
-En todo caso, carpintero y ensamblador.
-No, en absoluto.
-Pero si tú lo dijiste.
-¿ Qué dije yo ?
-Que hacía sillas y que era carpintero y ebanista.
-Yo dije que hacía sillas pero no dije que fuera carpintero.
-Muy bien, entonces es un aficionado.
-¡Quizá! ¿Dirías tú que un tordo es un flautista profesional o un aficionado?
-Yo diría que es un pájaro simplemente.
-Y yo digo que es sólo un hombre.
-¡Está bien! Siempre te ha gustado hacer juegos de palabras.
Todos tus "Yo soy" forman parte del pasado.Tú puedes aprender a hacer casi cualquier cosa si así lo decides.
Cualquier "Yo soy" que te impide el crecimiento es un demonio que hay que exorcisar. Y si forzosamente debes tener un "Yo soy", prueba éste a ver cómo te va.
"Yo soy un exorcista, y me gusta serlo."
Extraido de “Tus zonas erróneas” de Dyer, W Wayne
1 Comments:
Hola Marce:
Muy inspirador tu blog, me encanta nos hacía falta un espacio así para parar y pensar. Prometo participar en él.
Besos.
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